No suelo hablar mucho sobre la competencia Windows-Linux ni tampoco soy de los que muestran su odio hacia todo lo que se trate de Microsoft, pero no he podido evitar escribir este post acerca de la realidad existente.
El caso es que el otro día me decidí a comprar un teclado nuevo, ya que el que tenía, después de tanto trote se le han borrado las letras y además ni siquiera tiene «teclas multimedia», por lo que ahora le espera una nueva vida en el armario, junto otras reliquias similares de las cuales no pienso deshacerme (no sé por qué). Me dirigí hacia una de estas tiendas que nos acribillan con publicidad de precios «increíblemente» baratos: ordenadores desde 399€, pantallas de 42 pulgadas desde 600€, y un largo etcétera de rebajas que todos estamos cansados de ver. Después de un par de vueltas por los pasillos, encontré la sección de teclados: un pasillo entero :).
La verdad es que sí es cierto que los precios llaman la atención, y empece a observarlos uno a uno, ya que me interesaba algo sencillo pero eficaz, los había de todos los precios, desde 9.90€ hasta 150€. Fue entonces cuando empecé a observar, mirando las características, lo que realmente sucede con las marcas de hardware hoy en día: TODOS, absolutamente todos los teclados del pasillo, especificaban en sus requisitos mínimos que es imprescindible Microsoft Windows para que funcionen. No pude evitar reírme, ya que parecía que aquél logotipo era lo más importante de todas las funcionalidades que tenían los teclados. Desgraciadamente, eso es algo de lo que estamos acostumbrados.
Pero la cosa no quedó ahí, y ya que estaba me dí una vuelta para cotillear por los ratones, altavoces, etc. En todos ellos, el primer requisito mínimo era el Sistema Operativo Windows. Cualquier persona que mínimamente entienda de informática, sabe que tanto los teclados como los ratones y otros periféricos siguen unas normas de funcionamiento «estándar» y para nada dependen de un Sistema Operativo.
Al final me decidí por un Advent inalámbrico que además trae un ratón, los dos son los que aparecen en la imágen, que me costó 25€, no está mal para lo que yo buscaba, Cuando llegué a casa lo abrí, y tras montar todo el lío de pilas, conectores, etc, se me ocurrió mirar el libro de instrucciones :). Como siempre trae un CD, que únicamente funciona en Windows, claro. El libro de instrucciones, que tiene 40 hojas de las cuales 3 son en español explica que para que funcione primero hay que instalar el «driver» que contiene, después hay que reiniciar y ya todo funciona. Bien, yo tiré el libro y el CD encima de la cama y encendí el ordenador, en el cual ya había enchufado los dispositivos. Entre en mi Ubuntu, y ¡ops!, todo funciona correctamente, sin necesidad de instalar CDs, ni tener Windows. He aquí una prueba más del ejercicio monopolista que hace Microsoft en toda la industria informática.
Comentarios recientes